A TODOS, GRACIAS.

Bienvenidos a este espacio literario, cuyas puertas están abiertas a todo aquél que desee compartir este maravilloso mundo de las letras, y el arte en general.
Powered By Blogger

martes, 15 de diciembre de 2009

Felicidad.

Felicidad.

Prácticamente, ya es casi un hecho normal que en mi mente, -En la mente de todos nosotros quizás- aparezcan, a menudo, palabras que nos hacen pensar más allá de nuestra existencia física. Palabras abstractas, que no podrían definirse objetivamente, cual concepto escolar memorizable, sino más bien son esos términos que generan preguntas, dudas, vacilaciones, delirios, incertidumbres, y demás interpretaciones variadas. Una de ellas es la felicidad. Hoy, solamente intenté reflexionar sobre ella y por este medio escribir algunas cosas que me parecieron interesantes para compartir y debatir.
“Felicidad” cuántas veces pasa por nuestros oídos y boca esa palabra. En un mundo totalmente desvalorizado, materialista, inhumano, en donde la desigualdad es cada día mayor y las brechas entre nosotros se hacen cada vez más notables… En toda esa gran masa estamos nosotros. Está nuestra, tal vez inocente, forma de ser. Nuestro corazón e instintos adolescentes, que a estas alturas del partido nadie puede catalogar como correctas ni como incorrectas, nos marcan a fuego. Y ahí comienza nuestra historia -casi sin saber dónde estamos parados- debemos afrontar el desafío de “ser felices”. .. Casi, me atrevo a decir, sin saber qué es la felicidad, cómo se logra a llegar a ella, cuáles son sus beneficios.
En ese momento salimos de nuestro caparazón, de nuestro hogar, salimos y todo lo que hemos inculcado de nuestros padres, familiares, profesores y demás personas que intentan hacernos el bien, queda a prueba. Salimos a la superficie, a ese mundo de predadores, de víctimas y victimarios, donde matamos o nos matan, donde somos “yo” y “yo”, donde todas las cosas mínimas y racionalmente “buenas” que tenemos se nos van, se nos olvidan, y en donde el futuro arrepentimiento por el mal cometido pareciera satisfacernos, y así seguimos en forma lineal y continua… Pensando que de tanto pegarle hachazos a la madera, ésta se va a partir. Pensando que tal vez nuestra especie de salvación consistiese en eso, en hacer el mal, arrepentirnos, y listo. Como si Dios, observador supremo, durmiera eternamente de noche..
Con todas esas fragilidades es complicado encontrar la “felicidad”. O al menos un momento en nuestra vida que nos produzca placer, tranquilidad, paz, en donde sepamos que estamos circulando el camino correcto y haciendo el bien. Algo que de alguna manera haga que el corazón, a estas alturas podrido, se sienta bien. Y es que quizás estemos olvidando que la felicidad se logra por cosas simples, sencillas, a veces debiendo renunciar a cosas que nos gusten… A veces no. Pero siempre, estoy seguro, se logra a través de una concientización por parte nuestra de lo que queremos ser.
Entonces, estaría bueno que pensemos un poco más en el hoy, en lo que somos, en cómo estamos, y pensemos que aquellas personas que verdaderamente son felices no hacen sino estar bien consigo mismas, logrando una armonía interior que se ve reflejada en todo su ser. Es cierto, es difícil, nos toca una época llena de tentaciones, de noches lujuriosas, de deseos que a veces se tornan irrenunciables. Sin embargo, tenemos que tener la fuerza necesaria como para negarnos, saber decir “No”, y empezar a pensar en lo que nos podría hacer bien.
Yo creo que el día en que realmente enderecemos definitivamente el timón, podremos ver que el agua no es más que agua, que nuestro barco aún está a tiempo de lograr estabilidad, y de que sólo junto a todas esas cosas buenas, esos valores “lindos” si se quiere, podremos llegar a ese ansiado puerto, a ese lugar en donde podremos definitivamente quedarnos para siempre, para encontrar eso que tanto nos ha costado, para lograr, al menos por ese eterno momento, lo que alguien alguna vez denominó “felicidad”…


Escrito por: Joaquín Chaulet.
12/12/09.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario