Viento.
Viento, hojas que vuelan
en la inmensidad de la noche.
Las gotas de lluvia cantarán
nuestro fatal destino.
Viento, el frío de sentir la soledad,
plegarias que un mudo dejó en su corazón
cuando el silencio nocturno lo sedujo a pecar.
Cae la noche, y las almas muertas se van
se fugan por un momento, que parece eternidad,
se barren los restos de la mediocridad,
y ya no hay tiempo de ser puntuales.
Es el reloj de Dios.
Viento, amante pasajero de este paisaje
que inunda el caos de la suerte echada,
una escoba sin su bruja
y una varita sin su hada.
Viento, soplan frases que nos ahogan de paz
al fin, una noche más, parece llegar a su fin
el sol, pronto a venir, calmará nuestras miserias...
Escrito por: Joaquín Chaulet.
13/11/2009
13/11/2009
Impresionantes tus metáforas, hermano, ídolo.
ResponderBorrar¡Muchos éxitos con el nuevo blog!
Abrazos.